Cuando era chico, fui a una exposición en Buenos Aires de muchísimas obras de Dalí, inclso habian traido a su colosal rinoceronte, pero lo que mas me llamo la atención fueron las pijas. Incontables cuadros sobre pijas, de todos los tamaños, florecidas y retorcidas, mas siempre erguidas. Luego de esa experciencia, en el colegio me convertí en un artista de pijas.
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