miércoles, 17 de febrero de 2010

De mí

Siento que no hago nada productivo, sin considerar que soy artista, y se supone que eso es a lo que me dedico, a hacer cosas que no son productivas. No me siento realizado.

No soy un gran compositor, ni un gran cornista, ni un gran teórico, tampoco soy una persona muy culta. Quisiera desintegrarme en conocimiento (como le sucede a uno de los personajes de la última película de Indiana Jones) O ser como uno de los bebés de esa película que pasan cada tanto los fines de semana a la mañana en telefe, que poseen hasta cierta edad el conocimiento universal.

No escribo estas líneas porque no me tenga en estima, es solo el resultado de la gran paradoja de nuestra era: somos tan individuales, tan ambiciosos y egoístas, y sin embargo, mas que nunca, somos un eslabón de un todo, una porción del conocimiento.

Ahora tengo que elegir.

(Si este post terminara con un “Yo ya me decidí por telefónica” y no fuera un post, sino una publicidad de principios del 2000, con Adrian Suar, sería muy buena! )

5 comentarios:

Augustine dijo...

Lo único que importa es ser feliz, Claude. Ser un groso o no ser un groso es irrelevante.

Besitos!!!!

Claude dijo...

No se a que dedicarme agus

Augustine dijo...

A lo que te haga más feliz!

r dijo...

Claudio, desde que el hombre es hombre sufre por la imposibilidad de conocer, de una u otra manera. Nosotros, como los griegos, vivimos inmersos en una incertidubre tal que ya no dudamos de que conocemos, sino del mismo conocer.
Alegremonos por saber, al menos, como Socrates, que no sabemos nada.

r dijo...

Ojo, que si ser grosso es el camino para ser feliz, si es relevante.