sábado, 26 de septiembre de 2009

Sobre los límites del ser y su finitud

Hoy pensaba algo que seguro fue por muchos pensado, teorizado, formulado, reformulado. Pensaba sobre los límites. Las cantidades que determinan que algo sea o no sea. Quiero decir, la diferencia mínima que produce un cambio.

Cuando percibimos, contemplamos una realidad exterior a nosotros y la transformamos, de acuerdo a nuestros conocimientos previos, creando, según Kant, un objeto.

Ahora bien, en ocasiones, si la realidad fuera apenas diferente a como es, el objeto podría ser un perfecto opuesto. ¿Cuál es la diferencia entre una chica que creo linda y una fea? ¿Cuándo, donde, se produce el cambio de “le doy” a “no le doy”? No concuerdo en absoluto con quienes creen que hay un sector transitivo ( “le doy mas o menos” ) Porque en realidad la cuestión sigue estando presente ¿Dónde comienza esta transición? ¿ Cual es el punto, el límite entre “no le doy” y “le doy mas o menos”, y “le doy mas o menos” y “no le doy”.

Ahora voy a aventurarme a teorizar sin conocimientos de matemáticas y física, tómenlo por un ensayo divertido de un músico que intenta volar sin alas:

Es imposible, como sabemos, marcar un punto en una recta, establecer un límite, la coma se iría al infinito. (Supongamos que marcamos un punto en una recta, pero el punto tiene grosor, podemos ampliar con una lupa la recta y borrar los contornos del punto, para que casi no ocupe espacio, pero si conseguimos una lupa de mayor aumento, volveríamos a ver un punto grande, y podríamos repetir el proceso hasta el infinito)

Pero en el mundo real, las cosas no parecen suceder así, hay un límite obvio que define la posibilidad de ser. Volviendo a ejemplos banales, hoy veía a una mujer en la calle, tenía unos cincuenta años, era una linda mujer, pero no podría acostarme con ella. Ahora, seguramente, sí podría, si tuviera 20 o 30. pero, ¿y si tuviera 40? Por ahí si, ¿y si tuviera 45? No creo. Promediemos, le doy hasta 42,5. ¿y un día antes, no? Quizás no.

Hay un punto, un límite, una partícula increíblemente pequeña de tiempo, que determina que algo sea, o no sea. El hallazgo es que hay una partícula indivisible, elemental, Sino, creo, sería imposible el movimiento y el cambio.

4 comentarios:

Drodro dijo...

Por supuesto, el "morfo de sexualización".

Tamara dijo...

creo que el sexo se ha vuelto un tema recurrente en esta nueva escritura de tu blog

Claude dijo...

Por Dios, era un ejemplo, leiste lo que escribí ?

r dijo...

Ciertos pasajes tienen esa cosa eleatica de la imposibilidad del movimiento.