Cultura pop (el arte definido por oposición)
por Germán A. Serain
¿Qué es la música clásica? ¿Se trata de un arte destinado a las élites intelectuales? ¿O por el contrario, es una dimensión de lo estético a la cual cualquier persona puede tener acceso? ¿Qué debería quedar dentro y qué cosas fuera de una definición de la música académica? O mejor aun: de una definición de la música en general, entendida como una auténtica manifestación expresiva de un sentido artístico?
Dicen que hay al menos dos maneras posibles de llevar adelante una definición. Por un lado, se puede intentar una explicitación lo más acabada posible de aquello que se intenta definir. Y por el otro, también resulta posible definir las cosas a partir de una oposición. Vayamos al ejemplo concreto, para que esto se entienda mejor.
Esta revista (ya sea que el lector esté leyendo su versión electrónica o en papel) no es, según parece obvio, una publicación dedicada a la música pop. Y en este sentido nada debería hacer, en estas páginas, un artículo dedicado a dicho género. Sin embargo, tenemos la intención de transcribir algunos pasajes de un trabajo recientemente publicado bajo la firma de Ezequiel De Rosso por el periódico literario Odradek, así llamado en honor a un personaje de Kafka. El trabajo en cuestión se titula Sobre la palma de mi lengua y dice:“La canción pop escapa a dos de los mayores males del Occidente moderno: la sinceridad y el arte. En efecto, las canciones pop no pretenden hacerse pasar por lo que no son: no son, ni parecen, canciones con mensaje; no son, ni parecen, canciones sinceras, no son, ni parecen, interioridades expuestas, almas en pena. No son, ni parecen, la sangre del cadáver de tantos torturados poetas.”“Más aun, inclusive cuando el pop se refiere a los sentimientos, su banalidad es escandalosa. La canción Murmullo descuidado (del grupo Wham!), por ejemplo, dice: "Nunca voy a bailar de nuevo, los pies culpables no tienen ritmo." Se trata de una canción ñoña. Todo lo que dice una canción pop ya fue dicho antes (y mejor, y más seriamente). En este sentido, la canción pop es un arte combinatorio (como todo arte) que no esconde su condición. Estética industrial, pero también estética incrustada en lo industrial, es transparente: no hay sujeto detrás de la música, no hay, en este sentido, más que transparencia en la música pop.”“Por eso, por su condición superficial, la canción pop es fácilmente seriable (de ahí, en parte, su éxito industrial), pero imposible de parodiar: no hay nada detrás de la canción pop que pueda exhibirse como presupuesto o ironía, entre otras cosas porque la canción pop nace vacía de contenido. Fue la moral, no el buen gusto, lo que derribó a Michael Jackson. ...”Sigue más adelante: “Se trata, claro está, de un arte de superficie. Es imposible reflexionar sobre las letras de las canciones de Michael Jackson o de Madonna (dos de los más grandes artistas de la segunda mitad del siglo pasado): son lo que dicen, sólo se las puede cantar, se las puede bailar. Así, no importa quien canta, cantó alguien.”“Y es por eso que la canción pop es la más pura forma de la alegría (que no es lo mismo que la felicidad) o de la tristeza (que no es lo mismo que el infortunio) que ha dado el siglo XX. ... Es por eso que resulta intolerable para quienes creen que lo más recomendable para el individuo es el estado de alerta, o la profundidad de la reflexión. Insomne, el individuo consciente de los males del mundo debe velar por su futuro y el de la cultura, siempre al borde de la disolución. ... Se acusa entonces a la canción pop de banalidad y escapismo, de calculado engaño de la industria cultural.”Y finaliza: “Nada hay en el pop, sin embargo, que no sea honesto. La brutalidad de su ritmo y sus letras no admite otra cosa que la suspensión de la subjetividad y de las pretensiones del arte. ... Verdadero arte antihumanista, en su pura superficie, el pop nos dice con la mirada impávida de Buster Keaton que todo es texto y mercancía, y que nada hay detrás de esto.”Hasta aquí la transcripción de la irónica apología del arte pop. Intentemos regresar ahora a la música clásica. O mejor aun, a la música en general, entendida como una manifestación auténtica, expresiva de un sentido artístico profundo, según señalamos más arriba. Pues bien, hay ocasiones en que la mejor manera de definir algo es atender con cierto detenimiento a las caracteristicas de su extremo opuesto.
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